Encajada dentro de uno de los espacios naturales más excepcionales y valiosos de Europa, esta localidad onubense es un rincón privilegiado para alejarse del mundanal ruido y disfrutar de las playas de la Costa de la Luz justo al lado de un tesoro nacional.
Cosas que hacer en Matalascanas
La naturaleza que rodea a esta población y sus fantásticas playas la han convertido en un destino de tradición y con gran afluencia de veraneantes. Así, la ciudad ofrece de todo lo que puedas necesitar, desde hoteles hasta su campo de golf. En las playas urbanas tendrás chiringuitos y restaurantes donde disfrutar sin remilgos de un buen plato de gambas blancas de Huelva, una absoluta exquisitez.
La torre de la Higuera es una torre vigía construida durante el siglo XVI que se derrumbó con el terremoto de Lisboa y que además quedó en zona inundada, por lo que ofrece una estampa curiosa que la ha convertido en uno de los símbolos de las playas de Matalascañas. Cerca de este extremo de la localidad se encuentra el Parque Dunar de Doñana, que podrás recorrer a lomos de un camello en una excursión inolvidable.
El resto de playas que se alejan del núcleo urbano son naturales y preciosas, y no podía ser de otra manera con el Parque Nacional de Doñana rodeando la ciudad. Este espacio protegido cuenta con la mayor biodiversidad de Europa y sus paisajes son de una belleza inigualable, así que, estando tan cerca, no puedes dejar de hacer una visita y recorrer sus bosques y marismas.
Cómo moverse por Matalascanas
Deberás llegar antes en tren o en avión hasta Huelva o Sevilla y luego recurrir al autobús para llegar hasta la localidad. Una vez allí, dispones de autobuses que conectan Matalascañas con los pueblos más próximos, como El Rocío o Almonte. Si piensas moverte por la zona, lo más cómodo será disponer del coche y desplazarte sin restricciones.