La localidad alicantina de Santa Pola es un popular destino turístico gracias a la combinación perfecta que consiguen su cálido clima mediterráneo, sus excelentes playas de arena blanca y su gran oferta hotelera y de ocio apta para toda la familia.
Cosas que hacer en Santa Pola
El objetivo de la mayoría de visitantes de Santa Pola son sus largas playas y calas de arena fina, y no es para menos. La ciudad cuenta desde con playas urbanas con todos los servicios, como playa Tamarit o playa Levante, a playas naturales como las Calas del Cuartel, que además son el sitio ideal para la práctica del esnórquel. ¿Buscas un día de playa diferente? Coge uno de las barcos-taxi del puerto y descubre la cercana isla de Tabarca.
Da un paseo por el casco urbano de Santa Pola para conocer su castillo de estilo renacentista, construido para repeler los ataques de piratas. O dirígete al Cabo de Santa Pola para visitar el Faro, construido encima de una antigua torre de vigía. Desde esta posición estratégica podrás contemplar unas vistas espectaculares a la bahía de Santa Pola, Alicante y la isla de Tabarca.
¿Viajas con los pequeños de la casa? Entonces no podéis perderos el Acuario Municipal, en el que podrán ver musolas, peces-ballesta o tortugas bobas entre otras especies de esta zona; o el Pola Park, un parque de atracciones para pasar un divertido día en familia.
Pero si prefieres los espacios naturales, entonces no puedes dejar de visitar el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, un antiguo humedal en el que se instalaron unas salinas. Aquí se pueden avistar colonias de flamencos y cercetas pardas, además de algas marinas en las zonas inundadas.
Cómo moverse por Santa Pola
Puedes moverte por Santa Pola a pie o en autobús, con una de las varias líneas que conectan las diferentes playas y barrios. La estación de autobuses de Santa Pola está conectada con varios destinos provinciales o nacionales, como Madrid, Logroño o Bilbao. El aeropuerto de Alicante-Elche se encuentra a 14 km.