Es difícil no caer rendido ante el perfil de esta blanca ciudad alicantina, con su pequeño castillo encaramado en una colina, con su puerto repleto de veleros y con el telón de fondo del impresionante macizo del Montgó.
Cosas que hacer en Denia
El castillo medieval preside la ciudad casi al borde del mar, y no solo merece la pena subir para atravesar sus arcos de piedra, recorrer sus rincones y adentrarse en la historia del lugar en el Museo Arqueológico que alberga, desde sus murallas la vista se pierde en el azul intenso del mar y en las áridas cumbres del Montgó.
Si estás cansado tras la subida, desciende hacia el acogedor centro de la ciudad y reposa el ánimo disfrutando de unas gambitas, unos erizos de mar, un espencat o un delicioso arroz a banda; la combinación de mar y montaña está presente en la mesa, y hablando de mar… disfruta de calas rocosas como la de Arenetes o Punta Negra y de espléndidas playas como Les Marines o L’Almadrava. Practica deportes acuáticos en un marco inigualable, desde buceo y piragüismo hasta windsurf o vela.
Para completar el binomio no dejes de visitar el Parque Natural del Macizo del Montgó. Podrás explorarlo mediante distintas rutas de senderismo que te llevarán hasta su cima, por cuevas que han visto miles de años de historia y paisajes espectaculares, hasta llegar al cabo de San Antonio, donde se encuentra con el mar.
Cómo moverse por Denia
Denia puede recorrerse a pie perfectamente, pero también cuenta con rutas de autobuses con los que te puedes mover y llegar a las distintas playas. Por otro lado, la ciudad está muy bien conectada por todos los medios de transporte con el resto del país, desde autobuses y trenes hasta barcos a las Baleares, además de los aeropuertos más cercanos, los de Alicante y Valencia.