A orillas del río Segre y con su imponente Catedral Vieja sobresaliendo desde una colina se encuentra Lleida, una encantadora ciudad a medio camino entre Barcelona y Zaragoza que seduce a sus visitantes con una mezcla de arquitectura, gastronomía y zonas verdes.
Cosas que hacer en Lérida
A lo largo de su historia, Lleida ha sido habitada por diferentes culturas que han dejado su huella en la ciudad en forma de monumentos. Destaca por encima de todos la Seu Vella o Catedral Vieja, del s. XIII, una espectacular iglesia-fortaleza que por sí sola justifica la visita a la ciudad. Considerada una obra maestra cuenta con preciosos claustros y ventanales adornados con refinada tracería gótica. No olvides asomarte al mirador para disfrutar de unas vistas privilegiadas sobre la ciudad.
Un paseo por el casco antiguo te descubrirá bellos y pintorescos rincones, como la plaza de la Paería, donde se encuentra el Ayuntamiento del s. XIII, o la plaza de la Catedral, donde descubrirás la Seu Nova o Catedral Nueva, de estilo neobarroco. Enfrente, el antiguo Hospital de Santa María, de estilo gótico y con un precioso patio interior que merece la pena visitar.
Aprovecha también para dar una vuelta por la Calle Mayor, la calle comercial de la ciudad, situada en pleno casco histórico. Y si es hora de comer no olvides degustar la especialidad de la ciudad: los caracoles a la llauna. Tal es la devoción de sus habitantes por este manjar que incluso tiene su propio festival, el Aplec del Cargol, un evento en el que se comen ni más ni menos que 12 toneladas de caracoles en un solo fin de semana.
Cómo moverse por Lérida
El casco histórico de Lleida es compacto y se puede visitar fácilmente a pie. La ciudad dispone también de una red de autobuses urbanos que conectan las diferentes partes de la ciudad. Lleida tiene una importante estación de tren que conecta la ciudad con otras capitales españolas a través del tren de alta velocidad. El aeropuerto de Barcelona se encuentra a unos 160 km.