La ciudad de Santa Ana se yergue a pocos kilómetros de un volcán, tranquila y colorida, con edificios coloniales que atestiguan su apogeo en el siglo XIX por el comercio del café. La deliciosa y exótica gastronomía que inunda la ciudad es la perfecta compañera para salir a explorar la zona y sorprenderse con volcanes y milenarias ruinas mayas.
Cosas que hacer en Santa Ana
Santa Ana no es solo un buen punto que utilizar como base para explorar esta región salvadoreña, sino que es una gran ciudad que merece pasear ser paseada relajadamente y disfrutar, disfrutando de los coloridos edificios coloniales, como el precioso Teatro Santa Ana o el ayuntamiento y, por supuesto, la impresionante catedral. Si quieres una experiencia auténticamente santateca, dirígete al Mercando Central y luego no te pierdas los numerosos dulces tradicionales de la ciudad o el mítico buñuelo con chilate.
Si vas en familia y quieres refrescarte y relajarte un poco, no dudes en acudir al Turicentro Sihuatehuacán, el más famoso del lugar. Forma parte de una red nacional de parques en los que agua y naturaleza se funden y ofrecen desde atracciones acuáticas hasta canchas deportivas, merenderos y senderos para pasear entre la exuberante vegetación.
Muy cerca de la ciudad se encuentran tres de los mayores atractivos turísticos de la zona: el volcán de Santa Ana, con oscuras formaciones rocosas y una laguna de azufre en el cráter; el lago de Coatepeque, de espectaculares paisajes donde, además de darte un baño y relajarte en los restaurantes que lo bordean, también podrás bucear; y la ciudad maya de Tazumal, con sus dos impresionantes pirámides.
Cómo moverse por Santa Ana
Dispones de transporte público para moverte tanto dentro de la ciudad como hasta los puntos más destacados de la región u otras ciudades circundantes.