Mundialmente conocida por sus sanfermines, Pamplona es una ciudad cosmopolita y abierta, en la que puedes pasear por estrechas callejuelas o amplios paseos, conocer los platos más tradicionales y experimentar la cocina más contemporánea, curiosear en tiendas o por los pasillos de un museo.
Cosas que hacer en Pamplona
Puedes comenzar tu visita en la plaza del Castillo, “el cuarto de estar” de los pamploneses; lugar de encuentro donde tomar algo en sus bares y terrazas y desde el que explorar las calles del casco antiguo de irradian de él. En tu paseo encontrarás iglesias, palacios y museos, pero es imprescindible que visites la catedral de Santa María, un impresionante templo gótico con un claustro precioso.
Las fortificaciones de Pamplona son uno de los conjuntos amurallados mejor conservados de Europa y hoy están integrados en la ciudad en diferentes espacios ajardinados. Uno de ellos es el Fortín de San Bartolomé y los frentes Magdalena-Francia, que suponen la parte más antigua de la muralla y que puedes recorrer en un paseo por el camino de ronda. Si continúas por el paseo del Redín atravesarás la puerta de Francia y pasarás por el precioso Rincón del Caballo Blanco.
Del 7 al 14 de julio, Pamplona se llena de gente que acude con ocasión de sus celebérrimos sanfermines. Los encierros tienen lugar por un recorrido de poco más de 800 metros desde la Cuesta de Santo Domingo hasta la plaza de toros. Tanto si te atreves a correr perseguido por un morlaco de media tonelada, como si eres más de los de observar tras la barrera o abandonarte a la fiesta que acompaña la ocasión, es sin duda una experiencia única.
Cómo moverse por Pamplona
Para explorar el casco viejo no necesitarás más que tus pies, pero Pamplona dispone de autobuses urbanos que recorren toda la ciudad y también llegan a localidades cercanas. Al ser la capital de Navarra, también está muy bien conectada por autobuses o trenes con la mayoría de pueblos de la región.