Frecuentada por grandes artistas y celebridades en los años 60 que, en el auge de la cultura hippie, buscaban tranquilidad y reposo, Formentera conserva ese ritmo más lento y pausado en comparación con su hermana Ibiza. Esta pequeña isla balear es todo un remanso de paz de playas paradisíacas a un paso de la costa levantina.
Puedes explorar la isla por sus rutas verdes, circuitos que puedes recorrer a pie o en bicicleta, y descubrir así su naturaleza, sus iglesias, faros, molinos y pueblecitos de casas encaladas y puertas azules. La otra Formentera que debes descubrir es la de sus playas naturales de aguas transparentes y arena fina que esconden además una biodiversidad marina excepcional: el paraíso para los amantes del submarinismo y el esnórquel.
Para completar tu experiencia en esta bellísima isla tendrás que degustar su gastronomía particular, caracterizada por los productos del mar y la agricultura de secano. Prueba la ensalada payesa con el tradicional peix sec o un frit de polp, después, piérdete entre los puestos de alguno de los mercados artesanos que se celebran, como el de La Mola, y relájate en un chiringuito chill out, cóctel en mano.
Cómo llegar
La única forma de acceder a Formentera es en barco, desde Ibiza. Una vez allí, puedes desplazarte en bicicleta, ya que la isla es pequeña y en su mayoría llana. Para llegar a puntos de acceso más complicados puedes utilizar los autobuses urbanos.