Moscú, carismática capital de Rusia desde hace más de ocho siglos, es una metrópolis en expansión a lo largo del río Moscova. Sus monumentos arquitectónicos exhiben su poderoso mandato y se unen a destacados museos que rinden homenaje a la rica cultura rusa y a sus héroes míticos.
Qué hacer
Ningún viaje a Moscú está completo sin visitar la icónica Plaza Roja, que tiene las paredes de ladrillo del Kremlin extendiéndose a lo largo de un lado. En el centro se encuentra el mausoleo de Lenin, donde yace el cuerpo embalsamado del revolucionario, mientras que las famosas cúpulas bulbosas de San Basilio se alzan hacia el sur.
Haz una visita guiada por el Complejo del Museo del Kremlin, que incluye su colección de ropa real y carros, y el Campanario de Iván el Grande, que está junto al campanario de la Asunción. También puede recorrer el Gran Palacio del Kremlin para ver la residencia oficial del presidente ruso.
Moscú está repleta de impresionantes museos de arte, pero uno de los mejores es sin duda la Galería Tretyakov. Cuenta con la colección de arte ruso más destacada del mundo, desde iconos religiosos tempranos hasta obras modernas de artistas como Wassily Kandinsky.
¿Interesado en la historia? El cementerio de Novodevichy es donde Antón Chejov y Boris Yeltsin descansan y se encuentran junto al convento Novodevichy. Este edificio tipo fortaleza data de principios del siglo XVI y es uno de los complejos mejor conservados de Moscú.
Cómo moverse
El aeropuerto internacional de Sheremetyevo es la principal puerta de entrada a Moscú, y está situado a unos 45 minutos en coche al norte de la ciudad. El sistema de metro es una forma eficiente de moverse por el centro de la ciudad, con la mayoría de los principales lugares de interés a pocos pasos uno del otro.