Marrakech es una ciudad que arrebata los sentidos, y cautiva tu atención con cada vista, cada aroma y cada sonido. En una excitante combinación de energía y movimiento, el caos y el carácter de Marrakech son verdaderamente adictivos, y el serpenteante laberinto de sus mercados te atrapará durante horas.
Cosas que hacer en Marrakech
Aunque hay puntos de interés específicos en la ciudad, la auténtica forma de experimentar Marrakech es deambulando por sus calles. Empieza adentrándote en el corazón del casco antiguo, la medina, lleno de puestos coloridos donde se vende todo lo que puedas imaginar, desde especias y alfombras hasta joyas y cerámicas para preparar tajín.
Sigue los ecos de las llamadas a la oración hasta las principales mezquitas de la ciudad. La de Kutubía, de arquitectura islámica, está caracterizada por su gran plaza y el minarete, que se ilumina por las noches. También hay un barrio judío, con cementerios y sinagogas que encarnan el diverso patrimonio de Marruecos.
En el Museo de Marrakech descubrirás la historia artística de la ciudad y el arte islámico: azulejos, madera policromada y obras de arte antiguas y también de artistas contemporáneos; desde la cultura bereber hasta las comunidades nómadas de las montañas.
Por su parte, Gueliz es la zona europea del centro de la ciudad, acoge tiendas de grandes marcas y restaurantes occidentalizados. Si prefieres degustar la cocina más auténtica del lugar, espera a que anochezca, cuando se montan bistrots improvisados donde los vendedores ofrecen delicias marroquíes como el tajín y la sopa harira.
Cómo moverse por Marrakech
Las calles laberínticas de la medina solo pueden recorrerse a pie, mientras que los alrededores de la ciudad se pueden explorar en autobús, taxi o en una romántica calesa.