Esta ciudad antigua y amable ha sido un campamento militar romano, capital de un reino y punto de paso en la ruta de peregrinaje más famosa de Europa y, aun así, llegará el mediodía y sus plazas se llenarán de lugareños, chato de vino en mano, y llegará la noche y sus calles empedradas se llenarán de estudiantes y ociosos que seguirán las huellas de la historia.
Cosas que hacer en León
La catedral es la visita obligada de León; este templo gótico tardó más de dos siglos en completarse, por lo que su mezcla de estilos es muy interesante, pero la verdadera protagonista aquí es la luz, la que penetra por las magníficas y coloridas vidrieras. Tampoco te puedes perder la Colegiata de San Isidoro, cuyo panteón real está considerado la Capilla Sixtina del románico.
Después de la dosis de arte, dirígete al Barrio Húmedo, el casco antiguo de León y el epicentro del tapeo, especialmente en el entorno de la plaza de San Martín. Sus calles medievales esconden algo más que chatos de vino y cecina, paseando por sus empedrados te toparás con los restos de la muralla romana, atravesarás pintorescas y animadas plazas y podrás contemplar palacios como el del Conde Luna o el de Jabalquinto.
Si quieres explorar comercios con solera y de artesanía, recorre la calle Ancha y luego curiosea los productos de la tierra en el mercado del Conde Luna. Pero en León también hay espacio para la modernidad; no te olvides de visitar el MUSAC, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, ni la Casa Botines, una de las pocas obras de Gaudí fuera de Cataluña.
Cómo moverse por León
El casco antiguo es pequeño y perfecto para recorrerlo a pie. Para el resto de la ciudad cuentas con autobuses urbanos y desde fuera es accesible tanto en tren como en avión, eso sí, siempre puedes llegar andando, no olvides que León es una de las principales paradas del Camino de Santiago.