Huesca, conocida popularmente como la Puerta de los Pirineos, es una ciudad pequeña y agradable que combina las comodidades de una ciudad moderna sin olvidar el sabor tradicional de sus antiguos conjuntos monumentales y su gastronomía local.
Cosas que hacer en Huesca
Huesca cuenta con un rico patrimonio cultural, pero si dispones de poco tiempo asegúrate de visitar como mínimo la Catedral de Santa María, templo de estilo gótico declarado Monumento Nacional el 1931 y el Monasterio de San Pedro el Viejo, del s. XII. Dentro se encuentra el Panteón Real de los monarcas del Reino de Aragón. Recomendables también el Ayuntamiento, del s. XVI, y el antiguo Palacio de los Reyes de Aragón, que hoy alberga el Museo Provincial.
¿Eres más de modernismo? Entonces no te puedes perder el Casino de Huesca, construido a principios del s. XX y considerado la principal obra modernista de Huesca. Contempla su imponente fachada principal y entra a ver el lujoso vestíbulo y la escalera principal. A continuación, dirígete a la Plaza Mayor para conocer la tienda de ultramarinos más antigua de España: Ultramarinos “La Confianza”, que abrió sus puertas en 1871 y que constituye otro ejemplo del modernismo en la ciudad.
Cuando caiga el sol, únete a los oscenses que llenan los bares y terrazas del Casco Viejo y el Tubo para charlar y cenar de tapeo o degustar alguna de las especialidades de la región, como el cordero asado o el ajoarriero de Huesca, hecho a base de bacalao, aceite y ajo. Por supuesto, todo maridado con un buen vino D.O. Somontano.
Cómo moverse por Huesca
La mayoría de puntos de interés de Huesca son fácilmente accesibles a pie. Para distancias más largas tienes a tu disponibilidad una red de autobuses urbanos, o el Bus Turístico de Huelva, que realiza interesantes rutas para conocer parajes a las afueras de la ciudad. La mejor forma de llegar a la ciudad es en el tren de alta velocidad, aunque también tienes el aeropuerto de Zaragoza a menos de 1 h.